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El Club de los Pollos Muertos

Hay dos tipos de gente. Los que ven un pollo muerto en la calle y pasan de él. Y los que se paran e, incluso, se lo llevan para incluirlo en el menú del día.

Si algo nos ha enseñado el caso de los pollos muertos es la naturaleza de los paisanos de Los Santos. Desconocemos con total certeza al autor de los hechos. La Weazel News ha colaborado con la policía en su discernimiento sin llegar a esclarecerlo.


Casualmente, fue un mero ciudadano quien aseguró presenciar al presunto malhechor. Este testigo, del cual no revelamos la identidad por precaución, declaró ante la Weazel que un empleado de Clucking Bell Farms repartió los cadáveres por la ciudad. Se trataría de una reivindicación hacia sus patrones para conseguir mejores condiciones de trabajo. Es más, este empleado se encontraría en la fábrica de procesado de Paleto Bay.


Nos dirigimos al pueblo en busca de la noticia. Encontramos a un empleado que coincide con los rasgos descritos por el testigo. Le interpelamos, pero no se niega a contestar. Se limita a continuar con sus tareas de sexador de pollos, entre otras. Esta es toda la información que tenemos por el momento.


Una última puntualización de parte del Doctor Cole, director del Hospital Pillbox Hill. Por favor, no consuman pollos muertos de la calle. Su estómago y su salud se lo agradecerán.

Seguiremos informando sobre este caso. ¿Y tú, a qué club perteneces? ¿Al que se comería un pollo muerto? ¿O al que lo repelaría cual peste?



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